Mientras que en los motores tradicionales la potencia entra en el motor sin control y provoca picos de subida muy grandes y valles muy pronunciados, en estos motores la potencia que entra se adapta al momento de trabajo del motor.
Por ello, un motor inverter es aquel que regula el voltaje, la corriente y la frecuencia de un sistema evaporativo o un electrodoméstico. De esta manera se puede prescindir de partes del motor.
Al regular el funcionamiento de un modo más preciso podemos conseguir una eficiencia mucho mayor. Esto repercute en el gasto energético pero también en su duración. Por eso los motores inverter son mucho más estables.
No sufren el desgaste de la vibración que acaba con los motores tradicionales y eso hace que los electrodomésticos duren más y gasten menos trabajando igual.
Los motores inverter regulan la potencia con la que trabaja el motor así que su arranque es más gradual y utilizan sólo el máximo de la potencia cuando esta es necesaria.
El esfuerzo que realizan es regulable y variable, es decir, no es constante, de este modo se usa la potencia justa. Son capaces de trabajar un 30% por encima de la potencia media y un 15% por debajo, de esta manera consiguen los resultados que se le piden pero sin un deterioro grande.
Los motores tradicionales trabajan de forma progresiva, como un automóvil. Trabajan despacio al principio pero consumen mucha energía y van aumentando la velocidad y disminuyendo la potencia a medida que trabajan.
Los motores inverter son capaces de regular el trabajo atendiendo a las necesidades del momento. Fluctúan operando más en los momentos más necesarios y menos cuando no hace tanta falta.
La clave de la duración está en la vibración de los motores. Esta vibración tiene dos consecuencias muy importantes: a corto plazo, provocan un ruido perceptible, y a largo plazo, provocan el deterioro de los electrodomésticos.
Todos hemos oído la vibración del motor en la lavadora, es menos perceptible, aunque también se nota, en los frigoríficos. La vibración provoca ruido y, por ello, en las fichas técnicas de los electrodomésticos se incluyen indicaciones sobre los decibelios que emiten porque, a partir de 80, se considera incómodo.
Pero la vibración también implica desgaste, el que sufren, sobre todo, las escobillas. Ese desgaste lleva poco a poco a que se estropee el motor y haya que reemplazar el electrodoméstico.
Un motor inverter acaba con la vibración y, con ello, acaba con el problema de los decibelios y del mal funcionamiento del motor, alargando la vida del electrodoméstico y haciéndolo mucho más silencioso.
Como hemos señalado, los motores tradicionales funcionan de manera muy similar a los de un automóvil. Su funcionamiento se basa en usar mucha energía inicial y después muy poca para luego volver a usar mucha.
De esta manera se generan valles de consumo pero también unos picos de potencia muy pronunciados que, a la larga, provocan un ahorro menos eficaz y un deterioro importante en los motores. Los motores inverter no funcionan así, como hemos señalado, y esto permite un ahorro de un 60% de energía con respecto a los motores normales.
Esto es importante de cara a determinar la calificación energética de los electrodomésticos y, de esta manera, apostar por el medio ambiente mientras que reducimos nuestros gastos mensuales considerablemente.
No. Es un sistema sostenible de muy bajo consumo energético y gasta hasta un 80% menos que un A/A. Por ejemplo, para una superficie de 200 m2 el consumo aproximado es de 960 W a máxima velocidad.
Entre 7 ºC y 20 ºC menos que la del aire exterior. Dependerá de las condiciones climáticas diarias, principalmente de la temperatura del aire exterior y de su humedad. Cuanto más caluroso y seco sea el día, más enfriarán los climatizadores evaporativos.
Sí, porque se genera una sobrepresión que provoca que el aire frío introducido salga por las puertas y ventanas abiertas, renovando el aire, eliminando olores y evitando la entrada de polvo del exterior.
No, ya que su mantenimiento es mínimo, debido a los automatismos incorporan los equipos, tales como detector electrolítico de la calidad del agua, drenaje automático y programable o cierre automático de conductos.
Las instalaciones son muy rápidas, tendrían el equipo operativo en poco tiempo y con sus capacidades al 100%.
Porque le permite ahorrar tiempo y dinero, además de ayudarle a cubrir una necesidad primordial como es la climatización para el bienestar general en su empresa. Respetando el medioambiente